martes, 7 de diciembre de 2010

Inocencia,cariño...





¿recuerdas cuando fue la primera que vez que decidiste trabajar en esto? Me lo pregunto tantas veces, encuentro miles de contestaciones, lógicas e inlogicas, algunas que me mirarías y pensarías estas loca, y otras que pensarías; te encanta es tu vocación.



Si lo admito es mi vocación, desde bien pequeña ya juegaba con unos niños inocentes en este mundo lleno de caos y desesperación, ellos son parte del mundo que nada se entera que no tienen que llorar por el sufrimiento, ni enterarse de esa discusión que tanto daño esta haciendo; ni de esa guerra que ha alcanzado a millones de personas. Ni cuando tu mundo empieza a caerse abajo, cuando todo lo que creías que estaba arriba sujeto por cuerdas, puede caerse, ellos siempre están ahí, una mirada llena de cariño de inocencia, una palabra balbuceada, entre muchas otras que no entendemos pero que para ellos es mas que un mundo; es todo.



Me gusta sentirme asi, llena de esa inocencia de los niños, cuando estoy con ellos, no entiendo lo que es el bien o el mal, no entiendo porque la gente se pelea ni consigo entender porque nos hacemos daño. Porque elegimos amar, porque tenemos que señalar con el dedo a esa persona que pasa por nuestro lado. Porque…



Los observo mientras juegan, no tienen maldad ¿ acaso saben ellos que es eso? ¿lo sabemos nosotros? Te estiro del pelo, lloro por querer ese juguete, te muerdo porque no me entiendes, te quito el juguete… pero comporto risas, besos, abrazos, juegos hasta aprendo a tu lado… es lo mas bonito que hay verlos asi, verlos abrazarse sin ningún problema ni elegirse por su condición, ni por su raza, ni nada de eso. Son niños.



Tengo una clase maravillosa, unos niños únicos, a los que quiero y cada uno ha llegado a mi de una manera diferente, ninguno es igual al otro, y si lo admito, les quiero muchísimo, es una sensación única, valiosa y maravillosa. Disfrutar de ellos, como lo hago yo, disfrutar de su cariño, de sus besos, y de sus palabras, un dia todo eso nos ayudara…







Aun sigo subiendo ese peldaño en mi escalera, me doy cuenta de que mi vida crece como lo hago yo… me sujeto fuerte a esa inocencia y contemplo desde alla arriba las vistas. ¿ me acompañas?

1 comentario:

  1. Esos locos bajitos nos llenan el corazon de razones para vivir, por lo menos a mi.
    Aprenden a nuestro lado y deberiamos aprender al suyo...
    Saludos desde mi infierno!

    ResponderEliminar